CAPITULO 12
- En esto, habiéndose reunido
una muchedumbre de miles de personas, hasta atropellarse unos a otros,
comenzó a decir a sus discípulos : Ante todo guardaos de la levadura
de los fariseos, que es la hipocresía.
- Nada hay oculto que no sea
descubierto, ni secreto que no llegue a saberse.
- Porque todo lo que hayáis
dicho en la oscuridad será escuchado a la luz ; todo lo que hayáis
hablado al oído bajo techo será pregonado sobre los terrados.
- A vosotros, amigos míos, os
digo : no tengáis miedo a los que matan el cuerpo y después de esto
no pueden hacer nada más.
- Os enseñaré a quien habéis
de temer : temed al que después de dar muerte tiene poder para arrojar
en el infierno. Sí, os digo : temed a éste.
- ¿No se venden cinco
pajarillos por dos ases ? Pues bien, ni uno sólo de ellos queda
olvidado ante Dios.
- Aún más, hasta los cabellos
de vuestra cabeza están todos contados. No temáis : vosotros valéis
más que muchos pajarillos.
- Os digo, pues : todo
el que me confiese ante los hombres, también el Hijo del Hombre le
confesará ante los ángeles de Dios.
- Pero el que me niegue
delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios.
- Todo el que diga una palabra
contra el Hijo del Hombre, será perdonado ; pero el que blasfeme
contra el Espíritu Santo, no será perdonado.
- Cuando os lleven a las
sinagogas, y ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis se
cómo defenderos, o de qué tenéis que decir,
- porque el Espíritu Santo os
enseñará en aquella hora qué es lo que hay que decir.
- Uno entre la multitud le
dijo : Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo.
- Pero él le respondió :
Hombre, ¿quién me ha constituído juez o repartidor entre vosotros ?
- Y añadió : Estad
alerta y guardaos de toda avaricia, porque ninguno tiene segura su vida en
la abundancia de sus bienes.
- Y les propuso una parábola
diciendo : Las tierras de cierto hombre rico dieron mucho fruto,
- y pensaba para sus
adentros : ¿qué haré, pues no tengo donde guardar mi cosecha ?
- Y dijo : esto
haré : voy a destruir mis graneros, y construiré otros mayores, y
allí guardaré todo mi trigo y mis bienes.
- Entonces diré a mi
alma : alma, ya tienes muchos bienes almacenados para muchos años. Descansa,
come, bebe, pásalo bien.
- Pero Dios le dijo :
Insensato, esta misma noche te reclaman el alma ; lo que has
preparado, ¿para quién será ?
- Así ocurre al que atesora
para sí y no es rico ante Dios.
- Dijo a sus
discípulos : Por eso os digo : no andéis preocupados por vuestra
vida : qué vais a comer ; o por vuestro cuerpo ; con qué os
vais a vestir.
- En efecto, la vida vale más
que el alimento, y el cuerpo que el vestido.
- Fijaos en los
cuervos : no siembran ni siegan ; no tienen despensa ni granero,
pero Dios los alimenta. !Cuánto más valéis vosotros que las aves !
- ¿Quién de vosotros, por más
que cavile, puede añadir un codo a su estatura ?
- Si no podéis hacer ni lo
más pequeño, ¿por qué os preocupáis por las demás cosas ?
- contemplad los lirios, cómo
crecen ; no se fatigan ni hilan, pero yo os digo que ni Salomón en
toda su gloria pudo vestirse como uno de ellos.
- Y si Dios viste así a la
hierba del campo, que hoy es, y mañana se echa al horno, !cuánto más a
vosotros, hombres de poca fe !
- Así, vosotros no andéis
buscando qué comer o qué beber, y no estéis inquietos.
- Por todas esas cosas se
afanan los paganos. Bien sabe vuestro Padre que necesitáis de ellas.
- Buscad más bien el Reino de
Dios y su justicia, y esas cosas se os darán por añadidura.
- No temáis, pequeño rebaño,
porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el Reino.
- Vended vuestros bienes y
dad limosna. Haceros bolsas que no envejecen, un tesoro que no se agota en
el Cielo, donde el ladrón no llega ni corroe la polilla.
- Porque donde está vuestro
tesoro, allí estará vuestro corazón.
- Tened ceñidas vuestras
cinturas y lámparas encendidas en vuestras manos,
- y estad como quienes
aguardan a su amo cuando vuelve de las nupcias, para abrirle al instante
en cuanto venga y llame.
- Dichosos aquellos siervos a
los que al volver su amo los encuentre vigilando. En verdad os digo que se
ceñirá la cintura, les hará sentar a la mesa y acercándose les servirá.
- Y si viniese en la segunda
vigilia o en la tercera, y los encontrase así, dichosos aquellos siervos.
- Sabed esto : si el
dueño de la casa conociera a qué hora va a llegar el ladrón, vigilaría y
no permitiría que se horadase su casa.
- Vosotros, pues, estad
preparados, porque a la hora que menos penséis vendrá en Hijo del Hombre.
- Y le preguntó Pedro :
Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos ?
- El Señor respondió : ¿quién
piensas que es el administrador fiel y prudente a quien su amo pondrá al
frente de su casa, para dar a tiempo la ración adecuada ?
- Dichoso aquel siervo, al
que encuentre obrando así su amo cuando vuelva.
- En verdad os digo que lo
pondrá al frente de todos sus bienes.
- Pero si aquel siervo dijera
en sus adentros : mi señor tarda en venir, y se pusiera a golpear a
los criados y criadas, a comer, a beber y a emborracharse,
- llegará el amo de aquel
siervo el día menos pensado, a una hora imprevista, lo castigará duramente
y le dará el pago de los que no son fieles.
- El siervo que. Conociendo
la voluntad de su amo, no fue previsor ni hizo según voluntad de aquél
será muy azotado ;
- en cambio, el que sin saberlo
hizo algo digno de castigo, será poco azotado. A todo el que se le ha dado
mucho, mucho se le exigirá, y al que le encomendaron mucho, mucho le
pedirán.
- Fuego he venido a traer a
la tierra, y ¿qué quiero sino que arda ?
- Tengo que ser bautizado con
un bautismo !y qué urgido me siento hasta que se lleve a cabo !
- ¿Pensáis que he venido a
traer paz a la tierra ? No, os digo, sino división.
- Pues desde ahora, habrá
cinco en una casa divididos : tres contra dos y dos contra tres,
- el padre contra el hijo y
el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la
madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.
- Decía a las
multitudes : Cuando veis que sale una nube por el poniente, enseguida
decís : va a llover, y así sucede.
- Y cuando sopla el sur,
decís : viene bochorno, y sucede.
- !Hipócritas ! Sabéis
interpretar el aspecto del cielo y de la tierra : entonces, ¿cómo es
que no sabéis interpretar estos momentos ?
- ¿Por qué no sabéis
discernir por vosotros mismos lo que es justo ?
- Cuando vayas con tu
adversario al magistrado, procura ponerte de acuerdo con él en el camino,
no sea que te obligue a ir al juez, y el juez te entregue al alguacil, y
el alguacil te meta en la cárcel.
- Te aseguro que no saldrás
de allí hasta que pagues el último céntimo.
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