CAPITULO 17
- Dijo a sus
discípulos : Es imposible que no vengan los escándalos ; pero ay
de aquél por quien vienen.
- Más le valdría ajustarle al
cuello una piedra de molino y arrojarle al mar, que escandalizar a uno de
esos pequeños :
- andaos con cuidado. Si tu
hermano peca contra ti, repréndele ; y, si se arrepiente, perdónale.
- Y si peca siete veces al
día contra ti, y siete veces vuelve a ti, diciendo : me arrepiento,
le perdonarás.
- Los Apóstoles dijeron el
Señor : Auméntanos la fe.
- Respondió el Señor :
si tuvierais fe como un grano de mostaza, diríais a este moral :
arráncate y plántate en el mar, y os obedecería.
- Si uno de vosotros tiene un
siervo en la labranza o con el ganado y regresa del campo, ¿acaso le
dice : entra en seguida y siéntate a la mesa ?
- ¿No le dirá, al
contrario : prepárame la cena y disponte a servirme mientras como y
bebo, que después comerás y beberás tú ?
- ¿Es que tiene que
agradecerle al siervo el que haya hecho lo que se le había mandado ?
Seguro que no.
- Pues igual vosotros, cuando
hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid : somos siervos
inútiles ; no hemos hecho más que lo que teníamos que hacer.
- Y sucedió que, yendo de
camino a Jerusalén, atravesaba los confines de Samaria y Galilea ;
- y, cuando iba a entrar en
un pueblo, le salieron al paso diez leprosos, que se detuvieron a
distancia
- y le dijeron
gritando : Jesús, Maestro, ten piedad de nosotros.
- Al verlos, les dijo :
Id y presentaos a los sacerdotes. Y sucedió que mientras iban, quedaron
limpios.
- Uno de ellos, al verse
curado, se volvió glorificando Dios a gritos,
- y fue a postrarse a los
pies de Jesús dándole gracias. Y éste era samaritano.
- Ante lo cual dijo
Jesús : ¿No son diez los que han quedado limpios ? los otros
nueve ¿dónde están ?
- ¿No ha habido quien
volviera a dar gloria a Dios sino sólo este extranjero ?
- Y le dijo : Levántate
y vete : tu fe te ha salvado.
- Interrogado por los
fariseos sobre cuándo llegaría el Reino de Dios, él les respondió :
El Reino de Dios no viene con espectáculo ;
- ni se podrá decir :
vedlo aquí o allí ; porque, mirad, el Reino de Dios está ya en medio
de vosotros.
- Y a sus discípulos
dijo : Vendrá tiempo en que desearéis ver uno solo de los días del
Hijo del Hombre, y no lo veréis.
- Entonces os dirán :
vedlo aquí, o vedlo allí. No vayáis ni corráis detrás.
- Pues, como el relámpago
fulgurante brilla de un extremo a otro del cielo, así será en su día el
Hijo del Hombre.
- Pero es necesario que antes
padezca mucho y sea reprobado por esta generación.
- Y como ocurrió en los días
de Noé, así será también en los días del Hijo del Hombre.
- Comían y bebían, tomaban
mujer o marido, hasta el día en que Noé entró en el arca, y vino el
diluvio que hizo perecer a todos.
- Lo mismo sucedió en los
días de Lot : comían y bebían, compraban y vendían, plantaban y
edificaban ;
- pero el día en que salió
Lot de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, que hizo perecer a todos.
- Del mismo modo sucederá el
día en que se manifieste el Hijo del Hombre.
- En aquel día, quien esté en
el terrado y tenga sus cosas en la casa, no baje a por ellas ; y lo
mismo, quien esté en el campo, que no vuelva atrás.
- Acordaos de la mujer de
Lot.
- Quien pretenda conservar su
alma, la perderá ; y quien la pierda, la conservará viva.
- Yo os digo : aquella
noche estarán dos en mismo lecho : uno será tomado y el otro dejado.
- Habrá dos moliendo
juntas :
- una será tomada y la otra
dejada ; estarán dos en el campo : uno será tomado y el otro
dejado.
- Y a esto le dijeron : ¿Dónde,
Señor ? El les respondió : Dondequiera que esté el cuerpo, allí
se reunirán las águilas.
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