CAPÍTULO 3
- De nuevo entró en la sinagoga, donde se encontraba un hombre que
tenía la mano seca.
- Le observaban de cerca por si lo curaba en sábado para acusarle.
- Y dice al hombre que tenía la mano seca: ponte en medio. Y les
dice: ¿Es lícito en sábado hacer el bien o el mal, salvar una vida o
perderla? Ellos permanecían callados.
- Entonces, mirándolos con ira, entristecido por la ceguera de sus
corazones, dice al hombre: Extiende tu mano. La extendió, y su mano quedó
sana.
- Al salir, los fariseos, junto con los herodianos, celebraron
enseguida una reunión contra él sobre la manera de perderle.
- Jesús con sus discípulos se alejó hacia el mar; y le siguió una gran
muchedumbre de Galilea y de Judea;
- también de Jerusalén, de Idumea, de más allá del Jordán, y de los
alrededores de Tiro y de Sidón, vino hacia él una gran multitud al oír las
cosas que hacía.
- Y dijo a sus discípulos que le tuviesen dispuesta una pequeña
barca, por causa de la muchedumbre, para que no le oprimiesen;
- porque sanaba a tantos, que se le echaban encima para tocarle todos
los que tenían enfermedades.
- Los espíritus inmundos, cuando lo veían, se echaban a sus pies, y
gritaban diciendo: Tú eres el Hijo de Dios.
- Y les ordenaba con energía que no le descubriesen.
- Y subiendo al monte llamó a los que el quiso, y fueron junto a él.
- Y eligió a doce para que estuvieran con él y para enviarlos a
predicar;
- y les dio el poder de curar enfermedades y de expulsar demonios.
- Y eligió a los doce: a Simón, a quien puso el nombre de Pedro;
- y a Santiago el de Zebedeo y a Juan, el hermano de Santiago, a
quienes llamó Boanerges, esto es, +Hijos del trueno;;
- y a Andrés y Felipe, y a Bartolomé y Mateo, y a Tomás y Santiago el
de Alfeo, y a Tadeo y Simón Cananeo,
- y a Judas Iscariote, el que le entregó.
- Entonces vienen a casa; y se vuelve a juntar la muchedumbre, de
manera que no podían ni siquiera comer.
- Al enterarse sus parientes fueron a llevárselo, porque decían que
había perdido el juicio.
- Y los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: Tiene a
Belcebub y es en virtud del príncipe de los demonios como arroja a los
demonios.
- Y convocándoles les decía en parábolas: ¿Cómo puede Satanás
expulsar a Satanás?
- Si un reino está dividido en su interior, no puede mantenerse en
pie aquel reino;
- y si una casa está dividida en su interior, no podrá mantenerse en
pie aquella casa.
- Y si Satanás se levanta contra sí mismo, entonces se encuentra
dividido y no puede mantenerse en pie, sino que ha llegado su fin.
- Pues nadie puede entrar en la casa del fuerte para saquear sus
bienes, a no ser que antes ate al fuerte; entonces podrá saquear su casa.
- En verdad os digo que se perdonarán a los hijos de los hombres
todos los pecados y cuantas blasfemias profieran;
- pero quien blasfeme contra el Espíritu Santo jamás tendrá perdón,
sino que será reo de delito eterno.
- Porque ellos decían: Tiene un espíritu inmundo.
- Vienen su madre y sus hermanos y, quedándose fuera, enviaron a
llamarlo.
- Y estaba sentada a su alrededor una muchedumbre, y le dicen: Mira,
tu madre y tus hermanos te buscan fuera.
- en respuesta, les dice: ¿Quién es mi madre y quiénes mis hermanos?
- Y mirando a los que estaban a su alrededor, dice: Ved aquí a mi
madre y mis hermanos.
- Porque quien haga la Voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi
hermana y mi madre.
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